domingo, 7 de agosto de 2011

Claudio Landete Anaya - Nunca has existido

Claudio Landete Anaya, nacido en Mataró en el año 1966, se define como editor y escritor aficionado de ciencia ficción y fantasía. En su faceta de editor del género de la ciencia ficción, cuenta en su haber con dos colecciones, Mundo Imaginario y Libro Andrómeda, además de haber creado un premio en el año 2004, el Premio Andrómeda de Ficción Especulativa.

Su colección Libro Andrómeda está orientada a la edición de antologías de relatos y volúmenes monográficos, contando con la colaboración de más de 50 autores en la sección de relatos y con una también interesante sección de ensayos, estando todos los materiales a nuestra disposición en PDF. El catálogo de la colección está disponible en su página web, http://www.libroandromeda.com.
 
Mundo imaginario, en el pasado una revista, es una colección de libros que abarca las áreas de novela y ensayo, complementando así el alcance del primer sello. Con, por ahora, doce novelas, es una alternativa muy interesante a propuestas más comerciales y manidas. El catálogo de obras disponibles está en http://www.libroandromeda.com/fantasmas_ciberneticos.htm.

Llegando ya a la faceta que más nos interesa, su dedicación al arte de la lectura, que él mismo define como su facete menos conocida, veremos que intenta crear un universo literario alternativo, empezando con historias dispersas próximas al presenta actual pero, dejando fluir libre a su pluma, estas historias han ido evolucionando hacia una saga más lejana de personajes y relatos encadenados. Esta saga, de nombre Universo Futuro, cuenta hasta la fecha con aproximadamente 40 relatos que han sido recopilados y publicados por Libro Andrómeda.

Además de esta colección ha escrito también una serie de relatos cortos, breves, que nos ha dado permiso para reproducir. El primero, datando del año 2000, tiene por título Nunca has existido y lo mejor es que vosotros mismos deis el primer paso para entrar en el mundo de Claudio :

Jeff Machen necesitó entrar en cuatro bares para encontrar al compañero huído. Se le acercó cauto, como quien se cuela en una fiesta sin haber sido invitado. La cantina era acogedora, imitando el ambiente colonial de los antiguos bares irlandeses, con el mostrador y mesas de obligada madera color cerezo. Michael Guillot tardó en percatarse de la nueva presencia que se había sentado en el tabuerete adjunto.

-Déjame emborrachar el fracaso -dijo al final Michael.

-No debes culparte por lo sucedido.

-¿No?¿Cuánto dinero hemos perdido?

-Contando el préstamo: medio millón de créditos -respondió con aire apagado Jeff Machen.

-¿Y cómo vamos a devolverlo?
-No lo sé todavía.

-Otra copa camarero -pidió Michael-. Te invito, compañero de desventuras. ¿Qué quieres tomar?

Jeff Machen declinó la oferta.

-Vamos. Nadie podía predecir que la retrocámara y el psicoreproductor serían un fracaso. Otros muchos sistemas de registro se han comercializado con anterioridad y se han mostrado como negocios lucrativos.

-Pero nunca con tecnología psiquica -contradijo Michael y después tomó un nuevo trago.

-No es cierto. Hace años que se emiten los psicoprogramas en la Red de Telecomunicación Psíquica.

-Eso nos engañó. Los psicoprogramas no constituyen recuerdos básicos y tampoco los afectan en esa medida. Los psicoprogramas, a pesar de toda la parafernalia de ser espectáculos temporalmente comprimidos y de su novedosa tecnología, en el fondo son como llover sobre mojado dentro de las estructuras del cerebro. Ni las estructuras primarias ni las secundarias peligran o son cuestionadas -dijo Michael.

-Ahora lo sabemos. Nivel básico o primario es la comprensión elemental y la actividad psicomotora. El nivel secundario conforma la identidad y la personalidad. Ambas facetas formarían la estructura endógena o interna. En el grado terciario y sucesivos es donde interrelaciona el ocio psiquico y el entorno, o sea: facetas exógenas o externas que no cuestionan la identidad del individuo -matizó Jeff.

-La retrocámara iba a constituir el más novedoso sistema de registro. Una grabadora miniaturizada que utilizaría el propio sistema de visión y escucha del ojo y del oído humano para obtener las imágenes y los sonidos, junto con un psicoreproductor que permitiría a los consumidores también volcar las grabaciones en el cerebro para recordar sin ningún tipo de merma por el paso del tiempo, como sí sucede en el proceso mental.

-Vuelva a rememorar lo que realmente sucedió, rezaba la publicidad -apuntó un Jeff Machen que finalmente se animó a consumir.

-Ahí radicaba el gran error. El cerebro humano no retiene la información tal cual sucedió. La memoria no es una grabación fidedigna de los hechos. Y al recordar, en realidad, estamos organizando de nuevo, inventando nuestras recreaciones del pasado. En verdad los recuerdos son historias que cambian cada vez que nos las contamos a nosotros mismos, dependiendo del estado de ánimo en cada momento y de otros múltiples factores: emotividad, sinceridad del sujeto consigo, grado de sugestión... Cuantas más veces recordamos un suceso, más se está olvidando porque mayor es el número de reconstrucciones.

-Sí, cuando un recuerdo vuelve a la consciencia es lábil y modificable, susceptible de influencias y de cambios. Y ése ha sido el gran dilema que han provocado la retrocámara y el psicoreproductor. ¿Qué sucedería si inundas el cerebro con estímulos que te hacen dudar de tu pasado? Pues que estás cuestionando el proceso de reconstrucción de tus recuerdos. Ni más ni menos que torpedear tu concepción de la realidad.

-Y lo que era una aplicación de ocio, una simple grabadora de imágenes y sonido, en realidad se convierte en un atentado contra la mente porque la demuestra frágil y repleta de errores -apuntó Michael Guillot, apurando la cerveza.

-La identidad humana se conforma entre ilusiones, distorsiones de la realidad, confusiones... en fin toda una amalgama de codificaciones deficientes o subjetivas. Justo todo lo contrario de lo que necesitamos creer: que nos sustentamos en estructuras firmes y veraces -concluyó Jeff.

-Pero eso no es lo peor -dijo Michael con varias lágrimas amenazando por desprenderse de sus párpados-. Lo peor es que nunca recordaremos este momento como lo que fue. Nunca existirá en nuestros recuerdos esta conversación tal cual ha sido.

-Y nuestros años de amistad desde los tiempos de la facultad...


-Tampoco se salvarán. Somo criaturas imperfectas que nunca han existido, por lo menos tal como lo recordarán -concluyó Michael.

Evidentemente, y como en el resto de contenidos de este blog, su obra está registrada y puede ser distribuida, copiada y exhibida por terceros si se muestra en los créditos. No se puede obtener ningún beneficio comercial ni realizar obras derivadas. 

Podéis seguir a este autor en su blog, http://universofuturo.blogspot.com/

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