sábado, 27 de agosto de 2011

Claudio Landete Anaya - Fantasmas Cibernéticos

El último relato que publicamos de Claudio Landete Anaya, editor y escritor de ciencia ficción (http://universofuturo.blogspot.com) habia sido escrito en el 1995, Universos Convergentes. Para este nuevo relato que aquí reproducimos nos acercaremos al año 1993, cuando la pluma de Claudio trajo a nuestras vidas los Fantasmas Cibernéticos :



-Lo peor son las dudas. Es tan difícil tomar decisiones. Hay tantas posibilidades y es tan doloroso evaluarlas todas, me asaltan y golpean mi mente. Me ahogo en un mar infinito de interrogantes.

-¿Y las drogas?

-Cada vez necesito más. Solamente disminuyen los temblores y el sudor. Los dolores permanecen, ¡y son tan intensos!, pero lo peor son las dudas. Quiero que me operen. ¿Cómo seré después?

-Distinto.

-¿Mejor?

-Distinto.

-¿Y las dudas?

-Otro decidirá por ti. Dejarás de ser vulnerable a las emociones. Serás, digamos... frío.

-El proceso es doloroso, ¿verdad?

-La intervención preliminar es sencilla. El implante cerebral se coloca en la base del cráneo. Contiene los inhibidores de conducta y la programación que se considere pertinente. En la segunda operación, más larga, se acopla el exoesqueleto. Es la parte más compleja. No sufrirás y, cuando despiertes, verás la vida de otra forma, con una nueva perspectiva, con otros ojos.

-¡Ah!, con ojos de robot.

-No. Pensarás con cierto grado de autonomía, sin problemas de conciencia; mientras tus pensamientos estén permitidos por la programación. No hay lugar para razonamientos no deseables. Dispondrás de un número limitado de opciones, previamente impuestas, y podrás escoger una de ellas; mientras no recibas una orden concreta por parte de un superior. Entonces él decidirá por ti y solamente obedecerás. Perderás la personalidad y el proceso es irreversible. ¿Estás dispuesto?

-No sé... ¡si pudiera ordenar mis sentimientos! ¿Hay otros, verdad?

-Sí, varias personas con trastornos psíquicos optaron por la "conversión". Ahora son productivos, sin conflictos morales, sin caos interno, ni dudas, ni deseos martirizantes.

-Ironías del destino, nosotros... los débiles, que carecemos de la facultad de adaptarnos, que nos es imposible dirigir nuestras vidas, somos capaces de este sacrificio para eludir esa responsabilidad, que no nos deja vivir. Hay tantos caminos, tantas intersecciones, tantas opciones...

-Si te sometes a la conversión, cuando seas un cyborg, las inquietudes y la multiplicidad de alternativas desaparecerán. A cambio tendrás paz, paz interior. Suena desagradable, pero tentador.

-¿Por qué recurren a nosotros, a los neuróticos?

-Al principio se convirtieron elementos mentalmente saludables, pero se resistían a la programación. El organismo cibernético es viable si el sujeto está predispuesto al sometimiento. La conversión cerebral fracasa ante una personalidad perfectamente desarrollada, que quiere y puede ser dueña de todos sus actos. Serías un modelo TP-9000 de la octava generación, el más sofisticado actualmente, inmune al sufrimiento físico y psíquico. Las terminaciones nerviosas, que transmiten el dolor al cerebro, son aisladas en la médula espinal. No tendrías conflictos psíquicos gracias al implante y tampoco existe la posibilidad de sufrimiento somático a causa de la ablación nerviosa.

-Creo... que lo haré. ¡Sí, lo haré!

-Entonces prepararemos el quirófano del nivel siete. Iniciaremos la conversión dentro de treinta y seis horas, si no dispones nada en contra. ¿Qué harás hasta entonces?

-No sé.

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